La tasa de paro descenderá hasta el 19,5% en 2016, desde el 21,18% actual (enero-2016), y caerá dos décimas adicionales en 2017, hasta el 19,3%, según el anexo dedicado a España dentro del informe 'Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2016' de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La organización señala que se trata de una "modesta mejora" y anticipa que, de mantenerse la tendencia observada en la tasa de desempleo de los últimos años, "España tardaría al menos 10 años en volver a los niveles de antes de la crisis" (en febrero 2007 estaba en el 8 %).
Concretamente, el número de parados registrados en las Oficinas del SEPE aumentó en enero en 57.247 personas y la cifra total se sitúa en 4.150.755, aumentando en quince comunidades autónomas, entre las que destacan Andalucía (9.254), la Comunidad de Madrid (7.978), y Galicia (7.639). Por el contrario, disminuyó en Canarias (-1.545) y en Baleares (-811).
A nivel mundial, y entre los países de la OCDE, la mayor tasa de paro correspondió a Grecia, con un 24,5% en octubre, por delante de España, con un 20,8% en diciembre, mientras los menores niveles de desempleo se observaron en Japón, con un 3,3%, y Corea del Sur, con un 3,4%.
El director del Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, Raymond Torres, ha señalado que el crecimiento económico en España "es real" y está llevando a una reducción del desempleo, en un entorno de interés y precios del petróleo "favorable".
Sin embargo, ha añadido que "los desafíos aún siguen siendo importantes y la situación es de las peores en el mundo desarrollado" si se atiende a parámetros actuales como las tasas de temporalidad, el desempleo juvenil o la pobreza laboral.
"No hay un problema en la creación de empleo, sino en su calidad", ha dicho Raymond.
En este sentido, el director de la oficina de la OIT en España, Joaquín Nieto, ha asegurado que "en España hay recuperación económica sin recuperación social".
Raymond dice que las políticas activas de empleo "no han cobrado nunca el protagonismo necesario", porque los servicios públicos de empleo "no están a la altura de las circunstancias, no pueden con el volumen de desempleo", ya que se han reducido los orientadores cuando debería haber 1 por cada 80 desempleados.
Raymond dice que hay que poner en marcha políticas de apoyo al desempleo juvenil y a los parados de larga duración. También una progresividad de la tributación fiscal para que las empresas paguen impuestos en función de sus ganancias y acabar con el "oligopolio en el mercado energético", que explica el alto precio de la energía en España perjudicando a las clases bajas y a la creación de empleo.