domingo, 1 de diciembre de 2013

Crece el número de "consumidores responsables".

Se acabó el todo vale. El consumidor actual, cada vez más informado y exigente, premia a las marcas concienciadas. Los productos que adquirimos o los servicios que contratamos dejan una huella social o medioambiental que preocupa, cada vez más, a los consumidores.
 Según un estudio realizado por la consultora Nielsen, la mitad de los consumidores de todo el mundo están dispuestos a pagar más por productos y servicios de compañías implicadas en programas de responsabilidad social corporativa (RSC). De hecho, el interés en el tema ha aumentado en el 74% de los 58 países donde se realizó la consulta. Y si bien los menores de 30 años son los que más valoran este tipo de actitudes empresariales, en todos los grupos de edad —tanto en hombres como en mujeres— ha aumentado el número de compradores concienciados y dispuestos a pagar más por productos o servicios de compañías que se impliquen visiblemente en asumir compromisos con la sociedad, como lo demuestra el estudio.
 Estamos a las puertas de un nuevo tipo de consumidor, con cabeza y corazón, que no compra a cualquier precio, que se informa de las acciones y actitudes de las compañías. Si hay un aspecto que con la crisis ha impactado más en la sociedad española es el de los desperdicios alimentarios. En un año se malgastan más de treinta kilos de comida por persona en nuestro país. El cambio comienza siendo un comprador organizado y ahorrador que solo adquiere lo que necesita, sin dejarse llevar por los caprichos. Todo ello se puede lograr con planificación y una lista de la compra semanal. Las asociaciones también animan a pedir las sobras cuando se come en un restaurante y a reciclar con imaginación la comida del día anterior. Uno de los aspectos más importantes es apostar por el comercio local y no comprar productos fuera de temporada, ya que habrán sido producidos a muchos kilómetros y, debido a su traslado, tendrán un efecto negativo en las emisiones de CO2. Además, sugieren que también se busquen productos que provengan de comercio justo. Pequeños gestos que pueden cambiar el mundo.

Más información:  cincodias.com