domingo, 29 de abril de 2012

Ya era hora: Europa empieza a hablar de una "agenda del crecimiento".

Y es que las voces que decían: "la austeridad no es suficiente para salir de la crisis...hace falta estimular la economía", por fin no sólo se oyen fuera de Europa en boca de destacados economistas (Paul  Krugman, Joseph Stiglitz, etc.) sino que ya forman parte del discurso habitual de importantes políticos europeos, incluso de la señora Merkel. Parece que Alemania empieza a tener claro que hay que hacer algo más que "recortar gastos públicos" sobre todo en países que, como España, tienen un déficit público importante. Así, la canciller alemana empieza a hablar de una inyección de 200.000 millones de euros en infraestructuras, energía y tecnología para estimular el crecimiento en los países de la UE más castigados por la crisis.
Por otro lado, hay quien dice que este giro político alemán es el resultado de las recientes elecciones francesas donde ha triunfado la oposición socialista (con ideas diferentes a Merkel)). Soplan nuevos vientos en la vida política francesa y, en los próximos días,  se materializará un cambio importante en la presidencia del país, de manera que los "posibles nuevos gobernantes" ya le han dicho a los alemanes algo así como: "austeridad sí, crecimiento también". 
Y es que, nos guste o no, el llamado eje franco-alemán sigue liderando la marcha de la economía europea, ¿o no?.

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domingo, 22 de abril de 2012

"Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla."

Las palabras anteriores son del famoso economista norteamericano Paul Krugman, que algo debe saber de esto, no en vano le fue concedido el premio Nobel de Economía en 2008.
¿Soluciones?. Lo cierto es que nuestro prestigioso amigo lo tiene muy claro y, como buen keynesiano que es, piensa que el remedio, no sólo para España sino también para toda Europa, está en aplicar políticas fiscales y/o monetarias expansivas, justo lo contrario de lo que están haciendo nuestros políticos españoles y europeos. ¿Entiendes por qué piensa de esa manera?.

Más información:  elpais.com

domingo, 15 de abril de 2012

¿Podrá la austeridad sacarnos de la crisis?

Según el profesor universitario de Economía Mulas-Granados (ver más abajo su artículo publicado en El País) la cosa está clara si acudimos a la teoría económica, concretamente se refiere a 2 grandes economistas de nuestra historia: Keynes y Ricardo.

1) John M. Keynes diría que reducir el déficit en época de crisis (lo que se está haciendo ahora en España y en Europa) ahonda más la recesión. Cuando la actividad está parada, el único agente económico capaz de mantener el nivel de demanda es el Estado. Por eso John M. Keynes le recomendó a Roosevelt, en los años treinta, que el Estado se endeudase, aumentara su actividad y de forma derivada creciera el consumo, se recuperara la economía y volviera el empleo. Aunque enunciada hace 75 años, esta es básicamente la misma tesis que defiende el premio Nobel de Economía Krugman desde el principio de la crisis.
Pero si las cosas están tan claras y parece que los EE UU de Obama se han tomado los ajustes fiscales con más tranquilidad, ¿por qué la Europa de Merkel y Sarkozy se ha empeñado en mantener un calendario tan exigente de reducción de déficits? Pues porque hay una teoría alternativa:

2)David Ricardo diría que los ajustes fiscales pueden tener efectos expansivos. El razonamiento es el siguiente: cuando el déficit y la deuda acumulada son muy altos, los ciudadanos y las empresas se dan cuenta de que tendrán que pagarlos con impuestos presentes y futuros; por eso, un plan de fuerte de reducción del déficit que sea creíble a medio plazo (es decir, que recorte gastos estructurales como las transferencias sociales o los salarios públicos) les daría una señal muy importante de reducción de sus impuestos futuros que se traduciría en un aumento de sus planes de consumo e inversión. Según esta lógica, el efecto compensatorio de este aumento en la actividad del sector privado podría compensar la caída de la actividad del sector público y terminar teniendo efectos netos positivos sobre el crecimiento económico. Esa teoría fue popularizada en los años noventa por Alesina y sus discípulos, sobre la base de trabajos desarrollados por Barro en los setenta, y, mucho antes, por David Ricardo a finales del siglo XIX.

La realidad es que todo el diseño de la Unión Monetaria que se aprobó en el Tratado de Maastricht de 1991 y el Pacto de Estabilidad de 1997 descansa sobre este segundo bloque teórico. Y el paquete fiscal impulsado por Merkel y aprobado en el último Consejo Europeo es más de lo mismo. Es decir, la visión de Ricardo y sus seguidores pesa más que la de Keynes en la arquitectura económica que nos dimos hace dos décadas en Europa, pero el debate viene siendo muy intenso porque la evidencia histórica nos proporciona casos para apoyar tanto las tesis de Keynes como las de Ricardo. Por ejemplo, los ajustes fiscales recientes en Grecia, Portugal o España demuestran que Keynes llevaba razón y los recortes van a profundizar la crisis. Pero también es verdad que las experiencias de Finlandia, Irlanda o Suecia en los noventa enseñaron que Ricardo y sus seguidores también apuntaban en la buena dirección, porque los ajustes facilitaron la recuperación.
Entonces, ¿con quién nos quedamos? ¿Con Keynes o con Ricardo?


Más información: Profesor Carlos Mulas-Granados (El País)

¡Las cuentas claras!. ¿Es España un país fiable?

Parece que, finalmente, nuestra recuperación económica dependerá de si somos capaces o no de demostrar al mundo entero una cosa: ¡se puede confiar en los españoles!. Y es que, en realidad, siempre ha sido así en el mundo económico (y que se puede generalizar a otros aspectos de la vida): las expectativas (lo que va a pasar) dependen mucho de los hechos (lo que ya ha pasado). Y los hechos recientes son que en los últimos meses, finales de 2011, España dijo que las cuentas (el déficit publico) eran unas y luego resultaron ser otras (del previsto 6 % se pasó al 8,5 %). ¿De quién fue la culpa: del Estado central o del Estado autonómico?. Quizás esto ahora sea lo menos importante, toda la Administración pública del Estado está en el mismo barco. Lo verdaderamente importante es que las cuentas estén claras, que seamos capaces de convencer a nuestros socios europeos de que vamos a cumplir en 2012 con el objetivo del 5,3 % de déficit, que seamos capaces de no fallar en los cálculos como nos pasó el año pasado, que seamos capaces de no caer en los mismos errores en que cayó Grecia y que hicieron que fuera "intervenida", que seamos capaces de controlar el ascenso imparable de la "prima de riesgo", que seamos capaces de controlar las bajadas espectaculares de la Bolsa española (nuestro IBEX-35), que...

¿Y tú cómo lo ves?

Más información: ElPaís1 ElPaís2